Contacta con nosotros

Artículos

Experiencias de trabajo y felicidad

José Luis Montes «Fracasar también es lograr el éxito social a costa de la felicidad»

44 años. Separado, vive en pareja. Ex directivo de multinacionales, escritor y fundador del movimiento social Wikihappiness. El detonante de su fortalecimiento fue el sentimiento interno de fracaso vital.

«Desde pequeñito te llenan la cabeza de mentiras acerca de cómo debes vivir la vida. Te meten miedo diciéndote que has de estudiar ciertas carreras universitarias para no pasar hambre. Te condicionan para triunfar a toda costa, para tener prestigio y respetabilidad, para tener mucho dinero… Parece como si el éxito consistiera en cumplir una serie de estereotipos impuestos por la sociedad. Te venden que cuando hayas subido todos esos escalones entrarás en el ‘templo de la felicidad’. Pero es una gran mentira. Yo he vivido en ese lugar y está vacío. La felicidad no está relacionada con lo que poseemos, sino con lo que somos y con nuestra capacidad para vivir en coherencia con nosotros mismos. He verificado que si tu principal objetivo es conseguir éxito, reconocimiento, estatus, poder y dinero, necesitas poner tus intereses antes que tus principios, lo que termina por destruir la humanidad innata que hay en ti. Te desconecta de tu esencia y al alejarte de ti mismo te olvidas de los valores y de los proyectos que sí valen la pena. Después de 20 años de triunfos externos, terminé por tomar consciencia de mi vacío interno: no estaba siendo feliz. ¿Acaso hay mayor fracaso que desperdiciar tu vida? Doy gracias al hecho de haber fracasado porque me dio la oportunidad de reconstruir las cosas de nuevo: vendí mi compañía y empecé a apostar por mí mismo y por los demás. No hay mayor fracaso que fijar objetivos equivocados y conseguirlos. Por eso hay tantas personas de éxito que son infelices: porque han hecho lo que el sistema les ha dicho que hagan y no lo que les dicta su corazón. Una cosa sé seguro: si no aprendes a ser feliz por ti mismo, seguro que terminas sintiéndote un fracasado. Estoy tan convencido de ello que he terminado publicando el libro ‘El hombre que tuvo la fortuna de fracasar».

Irene Orce «Creer en mí me ha llevado a hacer lo que amo y amar lo que hago»

25 años. Vive en pareja. Periodista especializada en desarrollo personal y ‘coaching’. Dejó un trabajo que no le llenaba en plena crisis económica.

«Comencé a trabajar como periodista durante la carrera y al poco tiempo me vi envuelta en el estrés y la vorágine de la actualidad. Aprendí mucho, pero aquello no me llenaba. Los horarios maratonianos recortaron al mínimo mi vida social, y apenas tenía tiempo para mí. Cada vez sonreía menos. Esta situación me llevó a ahondar en mí misma, formándome con herramientas de autoconocimiento como el eneagrama, la PNL y el ‘coaching’. Poco a poco comencé a aplicar estos conocimientos en mi vida diaria, pero aún me resistía a cambiar mi dimensión profesional. Me aferraba a la seguridad que me ofrecía el tener un trabajo fijo. Lo cierto es que di el salto definitivo debido a una saturación de malestar. Tras una profunda crisis dejé de centrar la atención en aquello que sucedía fuera y comencé a escucharme y a confiar en mí misma. Así fue como conecté con mi verdadera vocación: escribir, y cuestionar el modo que tenemos de ver y de vivir la vida, como seres humanos y como sociedad. Lancé por la ventana el autoengaño y el miedo, dejé mi puesto de trabajo y presenté el proyecto del ‘blog’ Metamorfosis, que me aporta mi dosis de creatividad con flexibilidad. Y nació en mí una nueva pasión: acompañar a otras personas que quieran descubrir y aprovechar su potencial para vivir más conscientemente. Creo en el despertar de la consciencia y la asunción de la responsabilidad personal como pilares de la felicidad. Por eso decidí involucrarme en un proyecto pionero e inspirador: el máster en Desarrollo Personal y Liderazgo de la Universidad de Barcelona, que actualmente tengo el privilegio de coordinar. La decisión de cambiar de trabajo no fue fácil, pero por primera vez me siento verdaderamente libre. Hago lo que amo y amo lo que hago».

Javier Martínez de Marigorta: «Mi compromiso laboral es crear valor a través de mis valores»

29 años. Soltero. ‘Coach’ y profesor especializado en cambio personal y profesional. El detonante de su fortalecimiento fue darse cuenta de la falta de sentido de su trabajo.

«A los 25 años fui contratado por una gran multinacional, alcanzando así lo que pensé que sería el principio de una carrera imparable hacia el éxito. Tras la euforia inicial, pronto mis eternas jornadas laborales me empezaron a llenar de estrés y cansancio. Por aquel entonces estaba convencido de que ése era el precio que había que pagar por alcanzar la felicidad. Además, veía que lo que me estaba pasando a mí también le pasaba a todos los demás. A pesar de la resignación generalizada, comencé a abrir los ojos. Y al empezar a ver las cosas desde una nueva perspectiva, observé la diferencia entre los valores que se predicaban en la empresa y los que realmente se practicaban. Esta visión tuvo un efecto inesperado dentro de mí. Ya no creía en mis jefes ni en los proyectos que me encargaban. De hecho, había dejado de creer en lo que hacía, dejando de dar lo mejor de mí mismo. Apareció un gran vacío. No encontraba ni un motivo para seguir yendo a trabajar. Y fue precisamente la falta de sentido en el ámbito laboral, acompañada de momentos de angustia y malestar, la que me dio la oportunidad de hacer conscientes mis valores más profundos. En este camino hacia mi interior, la herramienta del ‘coaching’ me fue de gran utilidad. Finalmente, la revelación que andaba buscando llegó en forma de pregunta: ¿para qué quiero que sirva lo que hago? La respuesta fue clara y rotunda: para servir a los demás, utilizando mi profesión para inspirar a las personas a descubrir su verdadera esencia. A través de mi propia experiencia de cambio, crecimiento y evolución he descubierto los beneficios existenciales y profesionales que empiezan a llegar a tu vida cuando te comprometes con tu autoconocimiento y desarrollo personal».

Jordi Roig Juyol «Me siento libre porque he asumido la responsabilidad de mi vida»

42 años. Soltero. Ex ingeniero, en proceso de reinvención profesional. El detonante de su fortalecimiento fue el dolor provocado por seguir un camino profesional que no era el suyo.

«Mientras desarrollaba mi carrera profesional como ingeniero, completé mi formación haciendo un máster en una prestigiosa escuela de negocios. Me sentía en la cima. Todos estaban orgullosos de mí, pero yo sentía que me faltaba algo. No acababa de sintonizar con aquella vida. Por dentro me sentía insatisfecho. Y guiado por el malestar y la falta de sentido en el trabajo, terminé en el paro. Paradójicamente, fue un golpe durísimo, pues al quitarme el vestido de profesional, no tuve ni idea de quién era yo. Fue como si me hubieran arrancado la piel. Sentí un profundo sufrimiento, que me condujo hasta el sótano de mi alma. Y en medio de aquella oscuridad, de pronto empecé a ver la luz. Me di cuenta de que había seguido inconscientemente el rumbo que la sociedad esperaba de mí, dedicando toda mi energía al trabajo, alejándome de mis propios sueños. Comprendí que era mucho más que un profesional: un explorador, un aprendiz, un maestro, un amigo, un amante, un peregrino y un niño. Y que las contradicciones que surgían en mí no eran señales de duda, sino de riqueza. Fue como un despertar. Comencé a conectar con la auténtica fuerza impulsora de mi vida, que, más allá de estar fuera, la encontré dentro de mí mismo. Y descubrí que la mejor forma de darle un sentido intenso a mi existencia era vivirla jugando. No me arrepiento de nada de lo que he hecho. Ha sido justo lo que he necesitado para llegar a donde estoy ahora. La inconsciencia me llevó hasta el dolor, y gracias a éste me he comprometido con existir conscientemente. Estoy lleno de entusiasmo e ilusión, enfocando toda mi energía a reorientar mi carrera profesional hacia la creatividad, la comunicación y la formación. Estoy aprendiendo a tomar las decisiones con el corazón».

María José Dunjó «El coraje de vivir mi sueño me reveló mi auténtica vocación»

47 años. Soltera. Socia de la consultora Acambio, especializada enprocesos de desarrollo y transición profesional. Una crisis existencial le llevó a un cambio radical de profesión y de vida.

«Siempre me gustó estudiar, y quizá por eso elegí la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones. Fue un reto y una inversión. Me proporcionó un buen trabajo y cierto éxito, al menos aparentemente. Con el tiempo empecé a viajar dos veces al año. Y un buen día me di cuenta de que aquellos viajes eran mucho más importantes y gratificantes que lo que estaba haciendo con el resto de mi vida. Esta toma de consciencia me hizo cuestionarlo todo. Y descubrí que yo misma me había encerrado en una ‘jaula de oro’: me sentía prisionera en un trabajo que reforzaba mi imagen de éxito, pero a costa de mi bienestar. Fue entonces cuando decidí renunciar a mi mundo de privilegios en favor de mí misma, de mi sueño: viajar por el mundo libre de ataduras. Y lo curioso es que la vida enseguida se puso de mi parte. Nada más tomar la decisión dentro de mí, mi empresa me ofreció una salida incentivada. Y no lo dudé. Me fui un año de viaje por Latinoamérica, una experiencia que se ha convertido en la clave de todo lo que soy y de lo que he hecho desde entonces con mi vida profesional. Si bien estuve a punto de tirar la toalla muchas veces y de volver a lo que hacía antes, por el camino se reveló mi auténtica vocación. Me di cuenta de lo útil que hubiera sido encontrar a algún profesional que me orientara en este proceso de transición. Y en eso me he convertido. Junto con mi equipo de Acambio nos dedicamos a identificar el proyecto profesional de futuro de las personas para ayudarles a gestionar su transición. He descubierto que no hay nada más poderoso e inspirador que sentir pasión por lo que haces».

Judit Peyrón «Estar en el paro me ha dado la oportunidad de reinventarme»

47 años. Soltera. Coordinadora de eventos. El detonante de su fortalecimiento fue la entrada forzada en el desempleo.

«Después de 26 años trabajando en el mundo empresarial, de un día para otro me encontré en el paro. Me quedé atónita. Tras el choque inicial, me obligué a dialogar conmigo misma sobre el rumbo que había tomado mi vida. Hice un intenso análisis de mi andadura laboral y concluí que lo más importante de un trabajo es que me permitiera dos cosas: estar a gusto conmigo misma y aportar mi granito de arena a la felicidad de los demás. De pronto descubrí que mi situación de crisis profesional era en realidad una gran oportunidad para reinventarme y reenfocar mi actividad laboral. Decidí apostar por un proyecto que verdaderamente me entusiasmara. ¿Quién me iba a decir a mí que el paro iba a convertirse en una bendición? Me sentía libre de cualquier excusa. No tenía nada que perder. Tan sólo quería disfrutar, aprendiendo y creciendo como persona, siendo yo misma en el trabajo. Todo este proceso de cambio me hizo conectar con la necesidad de conocerme mejor. Y este autoconocimiento trajo consigo un gran descubrimiento: ¡saber qué quería ser de mayor! Aunque suene a tópico, nunca es tarde para volver a empezar. Esta actitud positiva me abrió las puertas de un nuevo trabajo como coordinadora de eventos, mucho más coherente con mis valores. Además, acabo de empezar un posgrado de relaciones públicas y comunicación, con el que estoy fortaleciendo mis conocimientos y habilidades. A día de hoy estoy muy ilusionada con esta nueva etapa de mi vida. Ahora sé que nuestra verdadera profesión es encontrar el camino hacia nosotros mismos, descubrir quiénes somos para saber qué podemos aportar a la sociedad».

Fragmentos extraídos: El País

Comentarios

Además…

Más en Artículos