El guardián del templo es un interesante cuento cuya moraleja tiene muchas y muy interesantes enseñanzas:
Nuestra mente alimenta todo lo que dejamos que entre en ella, todo en lo que pensamos (el cocinero alimenta a todo persona que entra al templo), pero afortunadamente una condición intrínseca a cualquier ser humano es su capacidad para decidir qué pensar en cada momento (el guardián decide quién pasa al templo y quién no). Es de vital importancia para alcanzar la felicidad utilizar la mente como una herramienta, la cual podemos manejar a nuestro favor, seleccionando qué permitimos que entre en nuestra mente, en qué queremos pensar, qué pensamientos decidimos cuidar y alimentar porque nos aporta fuerza, vitalidad, pasión, compañerismo,… y definitivamente qué mensajes rechazamos no permitiendo que el guardián los deje pasar.
Este mensaje va muy de la mano del mostrado por Robin Sharma en El Monje que vendió su Ferrari: cuida tu jardín. Nuestra mente es como un jardín que podemos tener bien cuidado, con maravillosas flores y plantas resplandecientes (pensamientos positivos) o que podemos descuidar, permitiendo que aparezcan las malas hierbas (pensamientos negativos). En este libro Sharma indica que para alcanzar la felicidad plena debemos conseguir que no entre ningún pensamiento negativo en nuestra mente, debemos entrenar y preparar al guardián para que sea selectivo y solo deje pasar los pensamientos positivos. Este es un fabuloso objetivo que perseguir pero que se debe conseguir con esfuerzo y dedicación, mejorando día a día. Además cada pequeño paso que se de en está dirección será rápidamente notorio en nuestro camino hacia la felicidad. Robin Sharma nos propone tres herramientas claras y sencillas para comenzar a entrenar y a preparar al guardián de nuestra mente:
El corazón de la rosa: busca un lugar tranquilo y acogedor y centra tus pensamientos en algo puro, limpio. Robin Sharma comenta que centres tus pensamientos en una rosa pero no tiene porque ser exclusivamente en esto. Inicialmente es muy posible que no aguantes más de unos pocos minutos pensando en lo mismo pero en unas pocas semanas los resultados serán sorprendentes, habrás conseguido focalizar tus pensamientos en aquello que desees.
El pensamiento opuesto: cada vez que te des cuenta que tienes un pensamiento negativo rápidamente cámbialo por su opuesto positivo.
La imaginación positiva: Imagina y piensa durante unos minutos al día que tu eres como te gustaría ser. Si tienes miedo a hablar en público imagina que estás hablando delante de 100 personas de forma segura y con un gran liderazgo. Si crees que debes ser más solidario en el día a día visualízate siendo más amable con tu entorno, facilitando cualquier experiencia a las personas que se crucen en tu vida de alguna manera, y así con todos los objetivos que te marques para ser mejor persona, ayudándote a ti y sobre todo a los demás.
Muchas veces dejamos que la vida pase por nosotros y no al revés. Tómate un tiempo para reflexionar sobre esto y elige como vivir tu vida desde ahora, las mejoras no se harán esperar.
Artículo recomendado por Ubaldo González
