Emociones positivas, sintonía, pertenencia o logros son algunos de los ingredientes que componen la receta de la felicidad, de la misma forma que unas buenas materias primas, bien mezcladas y condimentadas, dan lugar a un plato gastronómico excelente.
Éste es uno de los paralelismos entre psicología positiva y cocina que ha puesto de relieve el terapeuta estadounidense Martin Seligman, quien ha disertado sobre “La felicidad auténtica”, en la segunda jornada de los “Diálogos de Cocina” que se celebran en el Palacio Miramar de San Sebastián.
Seligman, impulsor de la llamada psicología positiva, una de las ramas más pujantes de la psicología actual, ha explicado que los terapeutas tradicionales se centran en “aliviar patologías” o “reducir el sufrimiento” mejorando la depresión, la ansiedad o la ira de los pacientes, aunque esto no se traduce en un aumento de su nivel de bienestar ni los convierte en individuos felices.
De la misma forma, ha agregado, si en la cocina disponemos de malos ingredientes, de productos “podridos”, lo único a lo que podemos aspirar es a elaborar “un plato que disimule el sabor a podrido”, en vez de a preparar una comida “deliciosa”.
Ni en un ámbito ni en otro, ha recalcado, se trata de “hacer soportable” una comida o la vida, sino de disponer de buenos elementos para hacer platos exquisitos, de “olvidar el victimismo y lo que está mal” para potenciar lo que “nos puede hacer mejores”.
Martin Seligman, director del departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania, y expresidente de la American Psychological Association, se ha mostrado partidario de hablar de “florecimiento” o “bienestar humano” en lugar de “felicidad”, dado que este concepto resulta “engañoso” al ser equivalente a una especie de media de “la suma de momentos maravillosos”.
La psicología positiva cuantifica el bienestar sobre la base de una serie de “ingredientes medibles” conocidos como P.E.R.M.A. (1. Positive Emotions, 2. Engagement (or flow), 3. Relationships/social connections, 4. Meaning (and purpose), 5. Accomplishment) por sus siglas en inglés. (P.A.S.P.E.L. en español).
Así, lo que hace o no felices a los seres humanos es la cantidad de “Emociones Positivas” que tienen, como el placer, la alegría o el éxtasis; la capacidad para estar “Absortos” en “el fluir de las cosas”; su “Sintonía” con los demás; su sensación de “Pertenencia” o servicio a algo superior; y el “Logro” o capacidad para “tener agallas, aguantar y no tirar la toalla, pase lo que pase”.
Sobre la base de la medición de estos cinco elementos, Seligman ha concluido, a través de ensayos con individuos de varios países de Europa, que en Dinamarca se dan los mayores niveles de bienestar, aunque sólo llegan a un 33% sus ciudadanos con un P.A.S.P.E.L. satisfactorio, frente al 5% de los rusos -el índice de satisfacción más bajo-, mientras que España queda “en la mitad del ranking” con un 17% de adultos razonablemente satisfechos con su existencia.
“La cocina está llena de P.A.S.P.E.L. -ha comparado el experto- y la vasca, en particular, es una institución global de alto nivel, de forma que los empleados de un restaurante deben saber que forman parte de ella y que también contribuyen a crear una sintonía entre los comensales”.
A juicio de Seligman, “las lecciones de gastronomía” constituyen por tanto “un modelo de lo que debería ser la psicología positiva y sus recomendaciones” a la hora de lograr una vida feliz.
Cerca de trescientas personas y una decena de ponentes internacionales participan en esta tercera edición del foro “Diálogos de Cocina”, que organiza cada dos años la comunidad de cocineros Euro-Toques y el Basque Culinary Center con el objetivo de abrir la gastronomía a otras disciplinas del conocimiento.
“Liderazgo, motivación y crecimiento personal. La incertidumbre y el desafío” es el título bajo el que en 2011 se desarrollan estos encuentros, que en su edición de 2007 giraron en torno a “La identidad” y en 2009 sobre “Los cinco sentidos”.
Fuente: ABC
Artículo recomendado por Ubaldo González
